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viernes, 3 de julio de 2015

'Los caballos de Dios': El camino de la inocencia al fanatismo

De forma casi premonitoria, Los caballos de Dios, del director francés de origen marroquí Nabil Ayouch, narra la conversión en mártires de cuatro jóvenes, dos de ellos hermanos, que viven -y sobreviven- en el poblado chabolista de Sidi Moumen, a las afueras de Casablanca. Nunca una película estuvo más de actualidad, con los recientes acontecimientos en Túnez, Francia y Kuwait, pues muestra un acercamiento hacia esos caballos de Dios que, según el Corán, son aquellos que se encuentran preparados para el sacrificio.

Es cierto que existen otros directores como Hany Abu-Assad y su Paradise Now que, además de ganar casi todo menos el Oscar, mostró de una forma magistral los mártires y el conflicto entre los palestinos y los israelitas. Perol Ayouch muestra una realidad que no se encuentra a muchos kilómetros de distancia de donde vivimos.


Los caballos de dios del poblado Sidi Moumen en Casablanca (Wandavision).

Así, Los caballos de Dios, ganadora de la Espiga de Oro en 2012 en el Festival de Valladolid, se inspira en los atentados que tuvieron lugar el 16 de mayo de 2003 en Casablanca. El cineasta galo narra, en un período de 9 años, como estos terroristas, Yachine (Aldelhakim Rachid), su hermano Hamid (Abdelilah Rachid), su mejor amigo Nabil (Hamza Souidek) y Fouad (Ahmed El Idrissi Amrani) nacen en un ambiente depresivo, sin más esperanza que convertirse en el líder o cabecilla del mercado negro del lugar.


Hamid tiene un pasado de vandalismo antes de ser captado en prisión por Al Qaeda (Wandavision).

Tampoco su situación familiar es mejor. Por un lado, la madre de Nabil tiene que dejar su casa por la presión de la comunidad ya que tiene fama de mujer de mala vida. Y por otro, la familia de Yachine y Hamid es un claro ejemplo del esquema social del poblado, con un padre depresivo y senil, otro hermano con problemas mentales que se pasa el día en casa, y una madre que tiene que trabajar y trabajar para sacar adelante a todos los hombres de la casa.

Bajo el título de la película se puede leer "nadie nace mártir" y está en lo cierto, aunque el entorno marca mucho y define el destino de aquellos que no tienen esperanza. No es excusa para los terroristas culpar a su entorno hostil, a los demás. Pero sin duda personas como el personaje del imán Abou Zoubeir se nutren de esos jóvenes que se agarran al primero que les hace sentir parte de algo.

Así Yachine, el más protagonista de los cuatro, llega a un punto que se siente en un callejón sin salida, con un vida frustrada, donde no puede tener a la chica que ama, ni formar parte de la vida de su hermano, y sabiendo que no es lo suficiente valiente para ser alguien más en Sidi Moumen. Por ello cuando el imán y el grupo de simpatizantes de Al Qaeda le tratan como si fuera alguien importante para ellos, y no solamente como un cordero que es lo que realmente es, se empieza a creer que es algo en este mundo.

Las palabras del imán seducen a los jóvenes que se sienten parte de algo (Wandavision).

La inocencia pérdida 
Al principio, la película nos muestra la inocencia en los ojos de Yachine y Nabil para luego enseñar como otros, Hamid y/o Fouad, la van destruyendo aunque, incluso, tenga la edad para ser todavía inocentes.

Inocencia en Yachine porque por un lado sólo quiere jugar al fútbol, llevado consigo la foto de su ídolo, el portero soviético Lev Yashin apodado la "Araña negra", aspirando a tener una oportunidad en el fútbol. Como detalle, (SPOILER) Yachine llevará la fotografía hasta casi el final de la historia y sólo cuando decide ser mártir se desprende de ella, dejando a un lado todo contacto con el que fue antaño. Por otro lado Yachine busca la aprobación y la amistad de su hermano.

Sin embargo nunca sucederá ya que ambos pronto tornar su relación en mera competición para ver quién es más importante o valedor para la familia. La envidia, la necesidad del uno con el otro o la lucha por el amor de una madre son todo características esenciales en la línea de la historia de Caín y Abel que todos conocemos.

La relación amor-odio entre hermano tiene reflejo en la película (Wandavision).

Por otro lado Nabil es la belleza que nace es un sitio lleno de horrores. Sin embargo su don se convierte en su maldición, porque nadie en el poblado chabolista parece permitir que existan cosas bellas allí. De esta forma, la humillación, los abusos y sodomizar se convierten en sus herramientas para destruir.

Nabil y Yachine son inseparables y se protegen mutuamente hasta el final (Wandavision).

Mirada objetiva
Aunque se sabe cómo sera el final, el camino que muestra el director Nabil Ayouch es de una objetividad inusual con un tema como el terrorismo y sus mártires. Muestra los hechos y aunque algunos piensen que intenta humanizar a los terroristas no es así (en mi opinión), porque antes de mártires eran personas con sentimientos y llenos de inseguridades como muchos otros. La transformación de ser humano a un salvaje es cuando te dan la opción de ser uno u otro y eliges la destructiva.

Yachine, Nabil, Foaud y Hamid ya preparados con sus mochilas explosivas (Wandavision).

Ficha Técnica


Título original: Les Chevaux de Dieu

Año: 2012

Duración: 113 min

Género: Drama

País: Marruecos 

Director: Nabil Ayouch

Música: Malvina Meinier

Fotografía: Hichame Alaouie

Reparto: Abdelhakim Rachid, Abdelilah Rachid, Hamza Souidek, Ahmed El Idrissi

Premios: 2012: Festival de Cannes: Sección oficial a concurso (sección "Un Certain Regard")
               2012: Festival de Valladolid - Seminci: Espiga de Oro mejor película

Puntuación: 7/10

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