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lunes, 16 de octubre de 2017

'Incidente en Ox-Bow': La ley de la chusma

Dos jinetes entrando a caballo en un pueblo semidesierto mientras un perro se cruza en su camino. La única actividad que se precia es en la cantina, donde unos cuantos juegan al póker. Los dos protagonistas entran, piden whisky e inician una pelea. Así es como comienza Incidente en Ox-Bow, como tantos y tantos otros westerns. Pero lo que sigue a continuación es lo que la hace diferente a las películas de su mismo género.


Gil Carter -Henry Fonda, El joven Lincoln, Las uvas de la ira- llega a un pueblo del oeste en busca de Rose -Mary Beth Hughes- una chica de dudosa reputación de la que se quedó enamorado. Le acompaña su amigo y socio Art -Harry Morgan, Horizontes lejanos-. La inesperada noticia del asesinato de un ranchero local, junto con la ausencia del sheriff, hace que se forme un grupo de linchamiento en el que tanto Gil como Art se verán obligados a participar.

The Ox-Bow Incident fue dirigida en el año 1943 por William A. Wellman. Desde entonces es considerada una película de culto por lo que cuenta y por la forma en la que lo hace. Dentro de un género que estaba en aquellos años en su apogeo, trata el tema del linchamiento, algo muy común en los Estados Unidos desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX.

El filme disecciona las complejidades del ser humano, en especial las miserias, la brutalidad a la que podemos llegar y el desprecio por la vida ajena. Cuando los dos protagonistas llegan al pueblo, al preguntar por Rose y enterarse que ya no trabaja allí, se les ofrece como pasatiempo una partida de cartas, beber, iniciar una pelea o con suerte, que surja un linchamiento.

'Incidente en Ox-Bow' aborda el linchamiento como la justicia del populacho.

Asimismo, ante la ausencia del sheriff es su ayudante -un tipo que no tiene ninguna potestad- el que junto a la turba decide iniciar la persecución de los posibles asesinos a los que han visto cabalgar por las montañas. Desoyendo la autoridad del juez y de uno de los ciudadanos más respetados y cultos, la turba se dirige a aplicar su propia ley.

El filme también incluye como tema principal, al igual que muchos otros western, el robo del ganado. No hay que olvidar que en esta época gran parte de los ingresos que obtenían las ciudades del oeste eran por la venta y transporte de reses. Así, el robo sumado al asesinato de un amigo hace que  aumenten los deseos de venganza de la muchedumbre.

En el trío de posibles asesinos nos encontramos dos caras conocidas: Dana Andrews -Los mejores años de nuestra vida- en el papel de Donald Martin, un honrado ganadero que se ve implicado involuntariamente en el asunto y a Anthony Quinn -Los cañones de Navarone, Lawrence de Arabia- dando vida a un ranchero mexicano.

Dana Andrews junto a Henry Fonda en un momento de la película

Cuando este trío es alcanzado por el grupo sediento de venganza, la obra alcanza sus momentos más emocionantes y dramáticos. Donald Martin, sabedor del final que le espera, escribe una carta a su esposa y sus hijos, explicándoles lo sucedido. Una carta cuyas palabras, al ser leídas en la parte final por Henry Fonda -impecable en su papel, como siempre-, se clavan en el corazón de los ajusticiadores y en el del propio espectador.

William A. Wellman da una clase magistral de cine en 72 minutos. Un filme recomendable para todo aquel que sepa disfrutar del cine clásico y sobre todo para algunos directores del panorama actual que suelen ofrecer obras de entre dos y tres horas para aburrimiento del espectador -Nolan o Villeneuve son los primeros nombres que se me vienen a la cabeza- por no saber sintetizar o, simplemente, por dar más importancia a su papel como director que a la obra que están creando.


Ficha Técnica


Título original: The Ox-Bow Incident

Año: 1943

Duración: 72 min.

Género: Western / Drama / Crimen

País: Estados Unidos Estados Unidos

Director: William A. Wellman

Guion: Lamar Trotti (Novela: Walter Van Tilburg Clark)

Música: Cyril J. Mockridge

Fotografía: Arthur C. Miller

Reparto: Henry Fonda, Dana Andrews, Anthony Quinn, Mary Beth Hughes, Harry Morgan, Jane Darwell, Frank Conroy, William Eythe, Marc Lawrence

Premios: 1943: Premios Oscar: Nominada a la mejor película
                1943: Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a mejor director
                1943: National Board of Review: Mejor película
             
Puntuación: 9/10

2 comentarios:

  1. CINE en mayúsculas, de cuando lo más importante era el Que y no el como (quizá tampoco podían más). Buen cine e interesante descubrimiento.

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    1. Tu lo has dicho Joan, CINE en mayúsculas. Quizá la falta de medios de le época hacía que directores y guionistas fueran más creativos. Para mí lo más reseñable es como en 72 minutos se puede entretener y golpear la conciencia de un manera tan rotunda.

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