Hablar de la Mafia en el cine es hacerlo de un actor, que se eleva entre muchos otros, como Robert de Niro. Inolvidable su Vito Corleone de El Padrino, recorriendo las azoteas de Little Italy, para convertirse en el capo de Nueva York durante las Fiestas de San Roque.
Ha sido en otras Fiestas, las de San Genaro, cuando he sentido el privilegio de caminar por esa larga calle de lo que un día fue Little Italy. Y sí, cosas del cine, parece que puedes sentir a Coppola en ese enigmático travelling captando a Fanucci por un lado y a Corleone por otro.
Ensoñaciones a parte, De Niro nos ha acostumbrado a grandes interpretaciones en el mundo del Hampa o relacionada con ella: Uno de los nuestros, Casino, Los intocables de Elliot Ness, El irlandés, Malas Calles o Una historia del Bronx. También en Sleppers, donde si bien es cierto que la Mafia no es su leitmotiv principal, De Niro interpreta al padre Bobby, que trata de evitar que los jóvenes protagonistas caigan sobre la influencia de King Benni (Vittorio Gassman), antiguo pistolero de Lucky Lucciano.
Esta última película (todavía hay localizaciones en Hells Kitchen y en el East Side que se pueden disfrutar en una soleada mañana por Manhattan) me vale para recordar la colaboración de Robert de Niro con Barry Levinson. Y no solo en Cortina de Humo.
Ahora han vuelto juntos, está vez sí de lleno con la Mafia, con The Alto Knights. El actor ganador del Oscar interpreta a Frank Costello y Vito Genovese (De Niro), en su pugna por el control de Nueva York. En aproximadamente dos horas, Levinson recrea como la amistad de ambos se tuerce por la traición, el ego y dos formas distintas de interpretar los 'negocios' de la Mafia.
A priori, una película atractiva y sugerente. Sin embargo, se pierde en su ejecución. Primero, por las interrupciones del ritmo narrativo. Excesivo metraje que adolece de continuidad. Es lenta y apenas hay una chispa que encienda la acción, salvo contadas excepciones.
Y también por asistir, una vez más, al ocaso de un actor que lo ha sido todo en el cine y que, ni como jefe de la Mafia, tiene ya oportunidad de redimirse. Algo que sí hizo en El irlandés y que podría haber sido una bonita despedida.
La película de Levinson, un director que me produce simpatía y que ya se ha adentrado en el género en otras ocasiones, no aporta nada nuevo, ni fresco. Está hecha con la fórmula de otro tiempo, es verdad, pero ni por esas consigue meterme de lleno. Únicamente en sus últimos veinte minutos, parece remontar cuando se avecina el choque de trenes entre Genovese y Costello. Lástima que se queda sin la velocidad adecuada para sacar un pequeño: ¡ohhh!
Se nos fue Robert Redford. De Niro encara el crepúsculo de una vida dedicada al cine y Levinson aún se guarda una carta bajo la manga, para 2026, con Francis and the Godfather. Otra vez el cine y la Mafia. Veremos si es un as, una figura o, de nuevo, un soso cinco de bastos.
Ficha Técnica
Título original: The Alto Knights
Año: 2025
Duración: 122 min.
Género: Mafia, Cine Negro, Hechos Reales
País: Estados Unidos 
Dirección: Barry Levinson
Guion: Nicholas Pileggi
Reparto: Robert de Niro, Cosmo Jarvis, Kathrine Narducci, Debra Messing, Michael Rispoli, Wallace Langham, Matt Servitto
Música: Dave Fleming
Fotografía: Dante Spinotti, Brian Dzyak
Puntuación: 5/10



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