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lunes, 6 de febrero de 2023

'Arny. Historia de una infamia': La pena de telediario, la peor de las condenas

Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Este es uno de los principios que consagra cualquier democracia que se digne de serlo, cualquier sociedad libre y donde el único imperio es el de la Ley. Lo contrario es la jungla, la barbarie, y ahí está la televisión, donde eres culpable, pese a que demuestres por activa y por pasiva tu inocencia.

Una triste lectura que resume uno de tantos escándalos de aquella España de los 90, como fue el del pub Arny, en Sevilla, que lejos de esclarecer lo que ocurrió de verdad, se convirtió en una auténtica caza de brujas y una cruzada contra la homosexualidad, considerada delito apenas unas décadas antes de que estallará el caso.

El director Juan Moya es el responsable de Arny. Historia de una infamia, disponible en HBO, donde ha condensado en tres capítulos de diversa factura (el mejor, el primero) todo lo acaecido a principios de 1996, cuando saltó a la opinión pública la investigación sobre una trama de corrupción de menores en este pub sevillano de ambiente gay.

Durante meses, nombres de acusados, muchos de ellos sin fundamente, se fueron sumando a una lista con la que desayunaba, dormía y cenaba media España, a cauda de una televisión y, en menor medida, prensa escrita, trituradora de inocentes. Un asunto que generó un tremendo revuelo mediático porque entre los casi 50 imputados se encontraban con famosos como Jesús Vázquez, Jorge Cadaval, Javier Gurruchaga y el juez de menores de Sevilla, Manuel Rico Lara, al que destrozaron una intachable carrera por unos intereses que no terminan de aclararse del todo en esta miniserie.

Hablamos de un trabajo documental con un primer episodio que actúa de gancho, capta la atención enseguida con archivos audiovisuales de la época y testimonios pasados y presentes de algunos de los afectados, como el propio Jesús Vázquez, que sale a pecho descubierto, sin guardarse ningún sentimiento. Símbolo de la impotencia de un inocente, que sabe que lo es, pero vive con la espada de Damocles y la eterna duda por cuestiones interesadas.

En el debe de Arny. Historia de una infamia, en cambio, está el prolongarse demasiado en el tiempo, ser reiterativo con determinadas imágenes del propio pub, incluso algunos testimonios, sin profundizar demasiado en qué había detrás para que este caso, cogido con pinzas, durará años en los juzgados y la opinión pública. A quién interesaba esta cortina de humo es una pregunta que se responde en apenas un par de secuencias, dejando escapar una oportunidad de investigación, cuando realmente es lo mollar del asunto.

Triunfa, eso sí, en su crítica feroz, demoledora y merecida a los medios de comunicación, que abusan de las filtraciones y estiran el chicle sensacionalista sin pensar en las consecuencias que eso acarrea para las auténticas víctimas. E, incluso, los jueces (o juezas en este caso) estrella, muy dados allá por los noventa, que salían de las bambalinas de sus despachos por un minuto de 'gloria' mediática.

Arny. Historia de una infamia es interesante por reflejar el fracaso de un país, de una sociedad cainita, del Gran Carnaval y unas instituciones incapaces de proteger a los inocentes; de unos medios de comunicación deplorables, que viven de las entrañas ajenas. Sin embargo, a veces cae en precisamente eso que critica, queriendo mantener una atención que ya tenía ganada desde el principio. 

En definitiva, una miniserie necesaria por recordarnos el valor de la palabra inocente, del derecho al olvido, con unos silencios más atronadores que los propios testimonios, como son la no participación de quienes en su día se hicieron de oro con el escándalo mediático. Ahora bien, con otra estructura narrativa, más ágil, estaríamos hablando del documental del año y eso, hoy, no se lo merece.


Ficha Técnica

Título original: Arny. Historia de una infamia

Año: 2023

Duración: Tres capítulos, 58 minutos cada episodio

Género: Miniserie / Series TV / Documental

País: España España

Dirección: Juan Moya

Puntuación: 6/10

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