miércoles, 9 de febrero de 2022

'Almas de metal': El parque temático para "gozar" del sexo, la violencia y un terrorífico Yul Brynner

El parque de atracciones del futuro, hoy. Así se vendía allá por 1973 Westworld, traducida en España como Almas de metal, la ópera prima de Michael Crichton como director, responsable también del guion. Y además, punta de lanza de otra de sus obras, Parque Jurásico, y desde luego, inspiración para los guionistas de Los Simpson (Racapiquilandia), Terminator y los creadores de la serie homónima de HBO, en 2016, por citar ejemplos obvios.

Sobre la carátula del DVD, recomendada por mi querido hermano y cocreador de Argoderse, leo que por 1.000 dólares al día, los turistas pueden disfrutar sus vacaciones en este parque temático. Se puede destrozar un bar, escapar de la cárcel, visitar un burdel o batirse en duelo con un pistolero. Todo es seguro, ya que los androides están programados para no dañar nunca a los clientes. Pero no todos los androides están de acuerdo con este programa. 

Paro de leer, pero retengo en mi cabeza el punto de partida del debut de Crichton. Tiene muy buena pinta y aún hay más. El responsable de Jurassic Park y Twister (odas al entretenimiento) "cambió la historia del cine utilizando por primera vez imágenes digitalizadas". 

Toma ya. ¿Se puede vender mejor un producto? Pues sí. Y es que el DVD acaba con que Richard Benjamin y James Brolin interpretan a dos amigos enfrentados a una realidad simulada que se vuelve real. Y Yul Brynner es el pistolero al acecho de ambos. Es el hombre contra la máquina, en un mañana que no es suficientemente grande los dos.

¡¿Pero bueno, esto qué es?! Menuda joya entre las manos. Y lo mejor de todo es que la expectativa creada se cumple. En apenas hora y veinticuatro minutos de duración -que tomen nota los de producciones de más de dos horas- se condensa un producto que mezcla el entretenimiento, el desasosiego del ser humano que, como decía Oscar Wilde, conoce el precio de todo y el valor de nada, y la relación hombre-máquina, con todo el dilema moral que eso supone.

La delgada línea entre el robot y el humano

Así pues, los turistas tienen para elegir tres épocas y no cualesquiera: Roma, un castillo medieval y el lejano Oeste. O lo que es lo mismo, dar rienda suelta al sexo, la violencia y el hedonismo de cada una de ellas, pero con los ojos y la piel del presente.


Pese a ser la primera película rodada digitalmente, no tiene nada que envidiar a cualquier producción contemporánea. Esta combinación de thriller, western y ciencia ficción engancha, es atosigante, arriesgada y plantea multitud de sentimientos encontrados. Ese implacable Yul Brynner es realmente acojonante, hablando mal y pronto. No tiene ningún tipo de conciencia o ambigüedad; se ha marcado un objetivo y lo va a alcanzar a toda costa.

Ahora bien, hasta que todo se desencadena, Almas de metal deja patente como el ser humano, cuando se desinhibe de cualquier tipo de normal ética o moral, puede llegar a ser peor que un robot. Sobre todo porque éste sí es consciente de sus actos, y cuando se siente egóticamente superior es capaz de cualquier atrocidad, con tal de colmar sus oscuros deseos. 

Y sí, todo esto en menos de una hora y media, escrita y dirigida por la misma persona que se sacó de la chistera todo lo que conozcáis sobre él. No se puede pedir más, por menos, ya sea en DVD o, a día de hoy, en HBO Max. Así que, que la disfrutéis, que tiene secuela, además.


Ficha Técnica

Título original: Westworld 

Año: 1973

Duración: 88 min.

Género: Acción / Ciencia ficción / Western / Thriller

País: Estados Unidos Estados Unidos

Dirección: Michael Crichton

Guion: Michael Crichton. Novela: Michael Crichton

Música: Fred Karlin

Fotografía: Gene Polito

Reparto: Yul Brynner, Richard Benjamin, James Brolin, Norman Bartold, Alan Oppenheimer, Victoria Shaw, Dick Van Patten, Linda Gaye Scott, Steve Franken, Michael T. Mikler, Terry Wilson, Majel Barrett 

Puntuación: 8/10

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