domingo, 26 de abril de 2020

'Chernobyl': Aquel fatídico 26 de abril de 1986

El 26 de abril de 1986, el reactor cuatro de la central nuclear de Chernobyl, ubicada en la Ucrania soviética, voló por los aires, expulsando a la atmósfera una cantidad de radiación nunca antes vista en el planeta. Una catástrofe sin parangón y de consecuencias incalculables. El estallido fue, a groso modo, 500 veces más devastador a las bombas que aniquilaron Hiroshima y Nagasaki.


Para muchos, aquella noche se desató el infierno en la tierra. Para otros, el fin del mundo, como profetizó San Juan en su libro del Apocalipsis, hablando del ajenjo que envenenaría las aguas de un tercio del planeta. Curiosamente la traducción de ajenjo en ucraniano es...Chernobyl, que vomitó plutonio (Plutón, Dios de los Infiernos) un 26 de abril.

Lejos de profecías, lo cierto es que los elementos radiactivos se expandieron por el aire del continente europeo, dejando tras de sí una estela de muerte y destrucción invisible, que los vecinos de Pripyat fueron los primeros en lamentar junto a los propios trabajadores de la central. Hoy es una ciudad fantasma, cuya estampa -secuestrada durante años por la burocracia de la URSS- pone los pelos de punta. Parece que el tiempo se ha parado y así seguirá hasta al menos 25.000 años.


Stellan Skarsgard, Emily Watson y Jared Harris.

Pudo evitarse. El trabajo impagable de muchos héroes anónimos, personas de a pie, consiguió mitigar parte de los efectos de la deflagración de la central. Pero esos héroes, que luchaban contra el monstruo radiactivo sin saber el destino que les tenía reservado, se enfrentaban a la vez con otro monstruo igual de terrible: el régimen comunista criminal de la Unión Soviética.

En 2019, Craig Mazin rescató la historia de este desastre para HBO. Lo hizo con el título de Chernobyl, miniserie basada en hechos reales de cinco capítulos que adelanto, antes de seguir analizando, son una obra maestra de principio a fin. Con muchos protagonistas e historias paralelas que se van entrelazando de forma ordenada y perfecta. No sobra nada, incluso en los momentos en los que los diálogos se vuelven más técnicos. Da igual, sigues el hilo con muchísima atención y acabas con la sensación de querer saber más, y más, y más.

Máxima tensión entre los técnicos nucleares, momentos antes de la explosión del reactor cuatro.

Un trabajo lleno de héroes, ya digo, pero también de muchos villanos. Personajes reales, y alguna que otra licencia, que salen del anonimato al servicio del entretenimiento, pues para eso están las series. Y también, he aquí una de las grandes victorias de la serie, para levantar una potente reflexión en el espectador. Que éste se cuestione cosas y se pregunte qué, quién, cómo y por qué. Pues la catástrofe humana y sanitaria se topó con los burócratas de Moscú, más preocupados por imponer la espiral de silencio y el relato de cara al exterior.

1.23.45

Esa fue la hora exacta del inicio del fin. También el título del primer capítulo. Ya desde el inicio, Chernobyl atrapa, como la bola de fuego que ilumina la noche de Pripyat.

A la 1:23: 45 horas del 26 de abril de 1986 tuvo lugar el desastre sin parangón de Chernobyl.

Inmediatamente se impone el miedo y el caos. Los primeros protagonistas de la serie dan el do de pecho, plasmando a la perfección en la pantalla la incredulidad que debieron experimentar los personajes reales. Seguramente, ni un uno por ciento de la desolación que debieron vivir.

Operarios de la central, bomberos, ciudadanos de Pripyat miran asombrados lo que acaba de suceder. Entre ellas, Lyudmilla Ignatenko, magistralmente interpretada por Jessie Buckley (Taboo). Su mirada te penetra tal y como lo hicieron las partículas invisibles de la muerte, que desde el minuto uno empieza a hacer estragos. Sientes ese terror, ese pavor que te absorbe y atrae hacia la pantalla. De verdad, no recuerdo ahora mismo cuando, sentado ante el televisor, vivía una sensación así.

El rostro de los bomberos, ante el fuego de Chernobyl, 

Desatado el monstruo radiactivo, aparece la bestia comunista y esos inútiles gabinetes de crisis, ya digo, preocupados en el relato. Pero ante la imposición dictatorial siempre hay voces que, afortunadamente, se levantan. Y es ahí donde Jared Harris (Sherlock Holmes, El curioso caso de Benjamin Button), en el papel del profesor Valery Legasov, se erige como protagonista central en un papel descomunal.

Por favor, mantengan la calma

Junto a Harris, otro de los grande actores de Chernobyl como Stellan Skarsgard (Ronin, El idomable Will Huntig). Siento admiración por este actor, que cualquier aparición suya ya hace que merezca la pena una película o serie. Su papel del ministro Boris Shcherbina es otro digno de mención.

Stellan Skarsgard es el ministro Boris Shcherbina, papel por el que se alzó con el Globo de Oro.

En este segundo capítulo, la complicidad de los dos anteriores, la completa otra descomunal Emily Watson (The Boxer, Las cenizas de Ángela), como Ulana Khomiuk. La voz de la ciencia, al igual que Legasov, frente a la sin razón política.

Su impotencia, siendo conocedores del desastre que se niegan a reconocer la férrea burocracia soviética y el KGB, para no levantar alarma, te inunda. De nuevos las imágenes de destrucción, pánico y miedo se mezclan con la batalla político-científica en mitad del desastre. Causa pavor ver cómo se vive en el engaño de pensar que el Estado va a velar por ti, cuando somos más daños colaterales que otra cosa.

Jessie Buckley, como Lyudmilla Ignatenko, por los pasillos colapsados de heridos en Moscú.

Pero el Estado son sus ciudadanos y trabajadores. La maquinaria estatal se levanta sobre el sudor y sangre de su trabajadores, que se dejan la piel y la vida para evitar que el desastre nuclear y sanitario sea de mayor envergadura. Un sacrificio que la serie de HBO homenajea de forma solemne, sin alharacas. Te das cuenta de cómo muchos dieron tanto por unos pocos.

Tierra, ábrete

Las interpretaciones en Chernobyl son fuera de serie. No hay ni un pero a nadie del reparto. Y si el equipo humano del trabajo creado por Mazin es de matrícula, el apartado técnico no le anda a la zaga.

La boca del infierno en Chernobyl.

Ya desde el principio se muestra el poder visual con imágenes de dolor, muerte y destrucción tremendamente efectivas. En este tercer capítulo, además, aflora la boca del infierno como una tremenda tumba que amenaza con enterrar a la humanidad. Apuesto como entre este y el anterior capítulo, el ruido de los medidores roentgen se os meten en la cabeza y no os abandonan, como mínimo, hasta el día siguiente.

Los mineros jugaron un papel esencial, como los tres héroes que abrieron las compuertas de agua de la central.

En este punto de la serie, insisto, te das cuenta de que estás ante un trabajo de ficción real único. Por mucho que lo intente, no encuentro ahora ninguna similitud de cómo una serie es capaz de darte sacudidas una y otra vez en tu estado de ánimo. Rabia, desolación, frustración y mucho temor ante cómo la historia de la catástrofe de Chernobyl se repite, con otros factores, en forma de, por ejemplo, pandemias. La ineptitud política y el sufrimiento personal del pueblo van de la mano en estas catástrofes.

Los primeros que se enfrentaron a la radiación de Chernobyl sufrieron sus consecuencias en una lenta y terrorífica agonía.

Pero siempre habrá quien esté dispuesto a buscar la verdad. Por vocación científica y humana, ante un error buscará una solución que solo con la verdad logrará. Y la verdad nunca está en las fuentes oficiales. Hay que cuestionarse a éstas, siempre, sin excepción. La verdad está fuera del control político y, tarde o temprano, acaba abriéndose paso, castigando a los deudores. El miedo no es eterno, aunque te mantiene en guardia. Y menos a la burocracia. Una vez que se lo pierdes, sabiendo que te enfrentas a la verdad de la radiación, ya no hay nada que temer.

La felicidad de la humanidad

Así que sabiendo que ante el monstruo radiactivo nada puedes hacer, salvo evitar que devore a las generaciones futuras, qué miedo le vas a tener a la bestia comunista, que por entonces mudaba de piel para dejar atrás la URSS y disfrazarse ahora de pseudodemocracia.

Las mascotas tuvieron que ser sacrificadas en esta orgía de muerte y destrucción.

Con esa premisa llega el capítulo de la reconstrucción, de los biorobots. Vaya palabra más escalofriante. Apenas han pasado meses del desastre y el cansancio hace mella en los protagonistas. Hasta eso traspasa la pantalla. Como la tesitura en la que se encuentran unos soldados, que luchan contra el enemigo invisible que solo muestra su rostro en la imagen de las criaturas más inocentes del planeta: las mascotas que fueron sacrificadas en esta orgía de muerte.

Entra en acción Fares Fares (Departamento Q, La noche más oscura), otro actor camaleónico. Para mi, igual de fascinante que Skarsgard. Representando a ese soldado renegado, que cumple las órdenes, no las cuestiona, y sobre el que recae el peso de una tarea nada gratificante.

Miles de personas (biorobots) desafiaron cualquier ley de la naturaleza en el tejado de la central.

Mientras tanto, la radiación sigue flotando, preparándonos para un apoteósico final, y el ruido de los medidores da paso a una palabra terrorífica, ya digo, como biorobots.

'Vichnaya Pamyat' (Memoria Eterna)

El punto final de Chernobyl es toda una lección de como mezclar el presente y el pasado con flashback poderosos. Una forma de resumen de toda la radiografía anterior que vuelve a erizar la piel, como hiciera el principio. Esa sensación que, a decir verdad, no te abandona en ningún momento de esta miniserie con la que HBO se apunta un tanto.

Jared Harris da toda una lección como el profesor Valery Legasov. 

El tridente Harris, Skarsgard y Watson se despide con una especie de saludo al tendido, tras brindar unas interpretaciones descomunales. Papeles con mucha alma, mucha verdad que se defienden hasta el final. Una autenticidad como la de toda esta serie. Sí, es ficción, pero la aproximación que hace a la realidad es bestial.

Pripyat, la foto fija del peor desastre de la humanidad.

Como reza el título: 'Memoria Eterna', siempre, para esos héroes anónimos que, tal día como hoy de 1986, se inmolaron a favor de la humanidad. Muchos de ellos sabiendo que su destino estaba marcado ya desde el estallido de la central nuclear. Que el espíritu de Chernobyl, la serie, sirva como guía para ver lo que hay y lo que no hay que hacer en situaciones similares. Un testimonio que no apague la llama de la verdad, nunca.


Ficha Técnica


Título original: Chernobyl

Año: 2019

Duración: 5 capítulos, 60 minutos aproximadamente

Género: Drama / Hechos Reales / Series

País: Estados Unidos Estados Unidos

Dirección: Craig Mazin (Creator), Johan Renck

Guion: Craig Mazin

Música: Hildur Guðnadóttir

Fotografía: Jakob Ihre

Reparto: Jared Harris, Stellan Skarsgard, Emily Watson, Paul Ritter, Jessie Buckley, Robert Emms, Adam Nagaitis, Sam Troughton, Adrian Rawlins, Con O'Neill, Joshua Leese, Ross Armstrong, Philip Barrantini, James Cosmo, Karl Davies, David Dencik, Caoilfhionn Dunne, Fares Fares, Alex Ferns, Peter Guinness, Ralph Ineson, Mark Lewis Jones, Gerard Kearns, Barry Keoghan, James Kermack, Hilton McRae, Diarmaid Murtagh, Kieran O'Brien, Ian Pirie, William Postlethwaite, Lucy Russell, Michael Shaeffer, Jay Simpson, Jamie Sives, Michael Socha, Lucy Speed, Laurence Spellman, Sam Strike, Joe Tucker, Sakalas Uzdavinys, Laura Elphinstone

Premios: 2019: Globos de Oro: Mejor miniserie y actor secundario (Skarsgard). 4 nominaciones
                2019: Emmy: 10 premios, incluyendo Mejor miniserie y guión. 19 nominaciones
                2019: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año
                2019: Sindicato de Productores (PGA): Mejor miniserie
                2019: Sindicato de Directores (DGA): Mejor director de miniserie
                2019: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor (Harris) y actriz (Watson)
                2019: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión original (formato largo)
                2019: Critics Choice Awards: Mejor actor secundario (Skarsgard). 4 nominaciones
                2019: Premios Gotham: Nominada a mejor serie revelación (formato largo)
                2019: Satellite Awards: Mejor miniserie y actor (Harris). 4 nominaciones

Puntuación: 10/10

4 comentarios:

  1. Menuda tragedia, yo tenía 9 años, pero son de esas cosas que uno recuerda, al igual que cuando el Challenger exploto casi nada más despegar. Gran miniserie que han hecho. La mejor del pasado año para mi.
    Un saludo

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    1. Sí, sí. Cualquier reconocimiento se queda corto para esta serie.

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  2. Espectacular, extraordinaria serie. La he visto dos veces, y solo recordarla se me pone la piel de gallina. Las actuaciones son brillantes, no solamente de los tres protagonistas, sino de todos. Aunque lo paso fatal en el capítulo de "La alegría de la humanidad" por los animales, pero aún así, es que adoro esta serie. Sirva de paso para recordar lo que pasó, y que para la clase política solo somos (como bien dices) un daño colateral y solo desean salvarse ellos. Excelente entrada de tu blog.

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