domingo, 24 de marzo de 2019

Teresa Font: "El montaje lo es todo en el cine"

Dice George Lucas, el padre de La Guerra de las Galaxias, que "el secreto de las películas es que son una ilusión". Y esa magia que crea el cine, como dice Lucas, sin duda es posible gracias al trabajo de montaje. Una labor en la que las imágenes escritas por el guionista y filmadas por el director cobran significado. La superposición de determinadas escenas y planos da a la película el sentido y el fin por el que fue concebida, solucionando el conflicto del que hablaba Serguéi Eisenstein.

Vamos, que sin montaje no hay película. Y sin película, pues no hay cine. He ahí el valor incalculable de esta disciplina de cortar, pegar y jugar con el espacio y el tiempo. Y si de montaje toca hablar para entender un poquito de este maravilloso mundo del arte y la técnica, que mejor que hacerlo con una de las mejores en su profesión: Teresa Font (Gallifa, en la comarca del Vallés Occidental; Barcelona, 1958).

Teresa Font (Foto: Mambrú El Hombre Ola; @mambru_elhombreola en Instagram). 

Días contados -por la que ganó el Goya-, El día de la bestia, Juana La Loca, Jamón, jamón, o la recientemente estrenada obra de Pedro Almodóvar: Dolor y gloria, son algunas de las más de 77 películas que han pasado por la sala de montaje de una mujer clave en la historia reciente del cine español. 

Ahora toda esa trayectoria va a ser reconocida en el Festival de Cine por Mujeres que se celebra del 25 al 31 de marzo. Cuatro décadas dedicadas al menestral arte del montaje que ha compartido con nosotros antes de recibir el premio, pues la encontramos en Bruselas mientras trabaja en la próxima película de Gerardo Herrero. 

Todo un lujo para Argoderse hablar con historia viva y presente de nuestro cine. Y con una persona que, cuando descuelga el teléfono, contagia simpatía y amor por lo que hace. Un montaje que, dicho de paso, también nos toca articular a los periodistas como vais a descubrir al final de estas líneas. 

¿En qué momento de tu vida profesional y personal llega este reconocimiento del Festival de Cine por Mujeres?
En un momento muy interesante, de plenitud absoluta. Para mi el cine y el montaje han sido como encontrar mi lugar en el mundo, porque poder hacer lo que te gusta es tan fundamental en la vida. Llevo en esto muchísimos años y te reconozco que hubo un momento, hace más de dos años coincidiendo con la crisis, que estaba sin trabajo y me asusté mucho. Porque yo donde me siento a gusto y plena es montando. Pero por suerte ahora he vuelto a trabajar y ese miedo ha pasado. Así hice El hombre que mató a Don Quijote, de Terry Gilliam por ejemplo, o ahora Dolor y gloria, con Pedro Almodóvar.

Hablando de Almodóvar. Recoges el testigo de José Salcedo que montó todas las películas del director manchego desde 1980 hasta su muerte hace un año. Una prueba de las grandes.
A Pedro le vi en el homenaje que la Academia le hizo a Pepe Salcedo, su montador de siempre. Recuerdo que una de las cosas que lamentó es “cómo voy a hacer cine a partir de ahora”. Así que todos pensamos: 'Dios mío a quién le toque será muy difícil'. Me ha tocado a mí y estoy superagradecida. Ha sido muy fluido todo. Es tan interesante ver a Pedro trabajar. Yo no le conocía pero es una persona muy tranquila y que te hace muy fácil el trabajo.

Volvamos al Festival de Cine por Mujeres. ¿Qué significa para las mujeres que os dedicáis al séptimo arte un encuentro cinematográfico de estas características?
Creo que son muy necesarios este tipo de festivales. Las mujeres tenemos una visión distinta de las cosas y hay un porcentaje de la realidad donde es necesaria la visión femenina, que afortunadamente hoy está más presente. Creo firmemente que la mujer y el ecologismo son la clave del futuro. Las historias necesitan esa visión de la mujer y hoy se está dando gracias también a estos festivales.

Llevo cuarenta años en la profesión y te digo que como montadora, cuando empecé, las opciones eran o script o precisamente montadora (sonríe). Y la situación ha cambiado afortunadamente. Hay que congratularse con ello y con que haya este tipo de festivales.

Siempre queda trabajo por hacer pero la mujer hoy tiene más fuerza que hace un año. Y subiendo. ¿Cómo estás viviendo este tiempo de reivindicación?
Me parece que es necesario. Esto ocurre porque durante demasiados años, en toda nuestra historia, las mujeres hemos estado en una posición que no tenía que ser. Ganarse el puesto está costando muchísimo y ya dijo Simone de Beauvoir que estuviéramos atentas, porque en cualquier momento se puede dar un paso atrás y volver a situaciones anteriores.

Es verdad que a veces hay cosas que pueden parecer un poco excesivas, pero es que lo entiendo perfectamente. Piensa que yo no estoy en la zona de dirección o guión. Estoy en la zona técnica. Yo con quien me siento cómoda es con mis compañeros y compañeras montadores, que estamos en un momento en el que vamos a crear una asociación de montaje reivindicando que no es solo un oficio, sino que tiene esa parte creativa. No tiene que ver con hombre o mujer, sino que estamos en una zona técnica donde quisiéramos un cierto reconocimiento por parte de directores y directoras. O sea es otra lucha. Pero la lucha de la mujer como tal me parece estupenda, claro. Y muy necesaria.  

Personalmente en tu gremio, ¿alguna vez tuviste problema por el mero hecho de ser mujer?
Para nada. Nunca. De todas formas yo habría elegido el montaje desde siempre. Vi lo que era el caos del rodaje y prefiero la soledad de la sala de montaje. Estuve unos años trabajando en televisión mientras vivía en Barcelona y estudiaba filología inglesa y tuve siempre ayudantes hombres y nunca he tenido un problema con ellos. Tengo grandísimos recuerdos y muchas amistades. Excepto ahora que he tenido una ayudante mujer en dos películas, normalmente han sido hombres. No he tenido problemas tampoco con mis directores, porque lo que importa es la personalidad y no si eres hombre o mujer.

Recientemente he trabajado con tres mujeres directoras y tampoco he notado diferencia. Esa tenacidad, dedicación y calidad obsesiva a veces que tenemos las mujeres directoras, también la he visto en los hombres.

Teresa Font en la sala de montaje de 'Perdita Durango' (1996).

Vamos a girar a tu trabajo puro y duro. De que una película sea una obra maestra o la peor de la historia (exagerando) depende mucho del montaje. ¿Cómo se lleva esa responsabilidad?
Cada uno la lleva como puede. No sé por parte de los demás, pero tengo la impresión de que los montadores disfrutamos mucho. Yo disfruto mucho y es algo que percibo en los compañeros también. Y lo hacemos esa forma secreta que es nuestro trabajo. Piensa que nosotros solo somos intermediarios entre la película que el director ha rodado y sus intenciones: la película que él quisiera que fuera la definitiva. Esto parece una tontería, pero ese trabajo de intermediación supone una búsqueda, infinita a veces, de los mejores momentos, planos, buscar el fotograma, estar atento a la estructura y a mil cosas.

Nuestro trabajo se basa en la invisibilidad de los cortes. Se escribe un guión, se dirige y se actúa imaginando una película. Pero la película no existe, no tiene su forma definitiva, hasta que ha pasado por la sala de montaje. Esa es la película existente. Después le añades sonidos o una música. Pero la forma definitiva se hace en la sala de montaje. Junto al director, por supuesto. 

Esto es muy difícil de contar. Fíjate que ahora te lo estoy contando a ti y tampoco sé si lo logro, sabes (ríe). Es muy difícil contar en qué consiste nuestro trabajo, porque si fuera algo mecánico todos montaríamos igual y no es verdad. Le das un mismo material a varios montadores y te sale una película distinta.

"Para mi el cine y el montaje han sido como encontrar mi lugar en el mundo, porque poder hacer lo que te gusta es tan fundamental en la vida"

Me hablabas anteriormente de tus cuarenta años en la profesión. Teniendo en cuenta ese bagaje: ¿cuánto de artesanal sigue siendo la labor de montaje, teniendo en cuenta los avances de la tecnología?
No hay ninguna diferencia. La herramienta con la que trabajes es algo que tienes que tener superado y dominado. Lo que se ha ganado, sí, es muchísima velocidad. Tú tomas decisiones tan rápido como tu mente te dicte. Si tienes las cosas claras pues ahora con dos clics lo haces en el momento. 

Así que se ha ganado en velocidad. Pero por otro lado parece que como todo el mundo sabe manejar un ordenador, todo el mundo sabe montar. Eso pareció en un determinado momento y no es así. Montar sobre todo es saber ver, saber distinguir y darte cuenta que cuando juntas dos planos pasan cosas inesperadas. Entonces la capacidad de analizar ese material, de darle un ritmo necesario o cortar en un fotograma justo, no tiene que ver con qué aparato estás trabajando. Eso se supone que lo dominas. Tiene que ver con otra cosa.

Sí recuerdo que antes hacíamos un trabajo mecánico de coger el trocito, cortarlo y pegarlo; que nos daba tiempo para pensar. Y ahora ese tiempo de pensamiento, de por qué pongo este plano aquí o allí se ha quedado atrás. Hay que intentar que la máquina no vaya delante de ti. Hay que saber parar y escuchar el material sin tener esa prisa por la inmediatez absoluta. Ahora el material es ensayo error y no se pierde lo anterior, como sucedía antes; que si intentabas algo distinto perdías el material trabajado. Yo sí te digo que a veces echo en falta parar un momento y pensar, pero obviamente la velocidad de trabajo pues se ha avanzado.

Teresa Font
Has trabajado en más de 70 películas como ahora con Almodóvar. Por hacer un repaso están: Días contados, El rey pasmado, La pasión turca, Perdita Durango o El día de la Bestia, por citar algunas. ¿Recuerdas cuál ha sido el rodaje más sacrificado? ¿El que exigió más de ti? 
No te sabría decir. Sí que es verdad que a los montadores nos gustan, o al menos a mí, las complicaciones. O sea, las secuencias donde hay dificultad de montaje. Estas son las escenas donde si te pones a analizarlas y a buscar soluciones queda mejor que la primera propuesta. A veces dándole vueltas y vueltas al material consigues cosas interesantes. 

Uno de los ejemplos más claros de mi filmografía fue Jamón, jamón. Hubo que rehacer el orden, juntar varias secuencias en una. Entonces hubo que reagrupar, colocar y eliminar bastantes diálogos y funcionó muy bien. Fue un milagro, pero salió muy bien. ¿Por qué? Porque el material estaba allí y solo había que jugar con él. 

Te quiero decir: que el montador puede ser una persona que no se conforme, y se dedique a buscar y buscar. No una persona que se sienta y ya. Eso es lo que les digo a los estudiantes, que tienen que tener una salud de hierro. Se trata de no cansarse, que te guste tanto el oficio y estés horas y horas buscando una solución que acaba apareciendo. La cosa es que sepas elegir los mejores trozos que, combinados de determinada manera, dan lugar a algo nuevo. Eso no es artesanal, es creativo. Por eso es tan difícil explicar esta profesión.

Así que si lo piensas, el montaje es todo. Desde el inicio del cine vieron que había la posibilidad de varios planos y ahora cuándo se ponen a rodar y escribir ya están pensando que habrá montaje y en cómo hacerlo. En realidad todo es el montaje.

Echas la vista atrás, a toda esta soledad de la sala de montaje que me comentabas, películas, trabajo…. ¿Ha merecido la pena?
Sin duda. Y no creas que yo tengo intención de parar (ríe). Van a venir más películas y estoy ahí. En esto del montaje la experiencia te ayuda mucho. Es verdad que cuando empiezas una película da miedo. Cada director nuevo es una incógnita. Para uno puedes ser bueno y para otro no. Siempre hay una parte de misterio. Pero por otro lado hay un aprendizaje y una forma de entender las cosas.

Yo he sido montadora de sonido muchos años. Por lo tanto, cuando monto imagen pienso en el sonido y cómo me puede ayudar para que algo que no funcione acabe haciéndolo. El sonido sigue siendo el amigo secreto e invisible. Todas estas cosas que una sabe me apetece muchísimo seguir haciéndolas. Porque una va añadiendo. De cada director y directora se aprende y ahora con Pedro he aprendido muchísimo. Este placer de vida de todos estos años, como te digo, me han llevado a un momento de plenitud y de seguir ahí. 

"Ahora, por ejemplo en Hollywood, la imagen del montador se ha revalorizado muchísimo. Porque nadie, ni productores ni directores, es capaz de controlar las cantidades de material que llegan"

Con lo que me quedo al final de todo: ese silencio y soledad de la sala… Vamos, que sin vocación no hay montador.
(Suspira) Sí, sí. Trabajamos mucho tiempo en soledad, excepto cuando viene el director. Fíjate, el montador es la persona que más horas pasa frente al material. Que más conoce el material al final. Solo desde ese conocimiento puedes ayudar al director a hacer la mejor película posible. 

El material te tiene de alguna forma que traspasar. De tal manera que cuando surgen dudas y hay comentarios con el director sepas ver dónde está la solución. Todo este conocimiento se adquiere en soledad. Tienes que tener tiempo de estar con la imagen, de ese diálogo silencioso con la imagen y apoderarte de ella para poder compartirlo con el director.

En este momento está pasando una cosa que con las cámaras digitales hay más material. Antes teníamos menos, por lo que las opciones de montaje eran menores. Ahora, por ejemplo en Hollywood, la imagen del montador se ha revalorizado muchísimo. Porque nadie, ni productores ni directores, es capaz de controlar las cantidades de material que llegan. Entonces se valora mucho la mente estructurada de un montador habituado a mirar, que sabe seleccionar los mejores planos, interpretaciones y los mejores momentos para que eso adquiera forma con una intención determinada. Eso se consigue con horas y horas de estar frente al material.

Yo siempre se lo digo a los estudiantes. Esto es muy vocacional. A veces te dicen: "¡ay que estás con Pedro Almodóvar, con este y otro!" Sí sí, pero si no tenéis la vocación de la soledad estáis perdidos. Nuestro mundo no es el del glamour, es otro mundo. Y ahora te va a tocar a ti montar todo esto que hemos hablado porque yo me voy a mi sala y a mi trabajo silencioso (sonríe).

Y así nos despedimos, dando luz a la pieza cardinal del cine: el montaje.

2 comentarios:

  1. Excelente entrevista me gusta leer sus artículos y la verdad es que es de valorar el aporte de que esta persona nos brinda, mi unica pregunta hacia ella seria ¿No existe un momento en que tiendes a montar siempre de una manera similar los metrajes o el tiempo te da el poder de no encasillarte en alguna forma de ver las cosas?, como siempre tienen mi voto, un saludo.

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  2. Muchas gracias Jaime!!! Te copio la pregunta por si Teresa nos la contesta en una próxima entrevista

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