domingo, 3 de diciembre de 2023

'El vampiro de la noche': Un discípulo de Drácula en Las Vegas

Apunten el nombre de Carl Kolchack. ¿Qué quién es Kolchack y por qué hay que tenerle en cuenta? Porque es un periodista de raza, de esos que se juegan su propio pellejo con tal de llegar al corazón de un suceso. Porque es un tipo sin escrúpulos -para lo bueno y para lo malo- capaz de hacer preguntas afiladas en los momentos menos oportunos. Un buitre que no rehúye de su naturaleza y al que le encanta la carroña. Y porque persigue una historia que le de la gloria que tanto ansía, el reconocimiento dentro de su gremio y, porque no, una suculenta recompensa económica. Kolchack es capaz de enfrentarse a la policía, a los políticos de turno o a mafiosillos  que pululan por la ciudad. A lo que nunca se había enfrentado este cronista del día a día es a un vampiro. 

En 1972 se estrenaba, para la pequeña pantalla, El vampiro de la noche, un telefilm de 74 minutos que posee todos los ingredientes para gustar tanto a los amantes del género de terror como a los menos entusiastas del mismo. Una mezcla de thriller, terror y comedia elaborada a la antigua usanza, pero con mucha frescura.

El filme posee un ritmo endiablado, que aporta originalidad a una historia vampírica vista muchas veces en pantalla. La combinación del maligno ser que se alimenta de sangre con extraños asesinatos que traen en jaque a la policía de Las Vegas es un completo acierto de guion. Y el lugar escogido para la narración de los hechos, esa ciudad conocida como la ciudad del pecado, es el mejor escenario para esta historia moderna sobre el mito del vampiro.

Volviendo al ritmo, hay que resaltar el manejo de la cámara, moviéndose a gran velocidad y que en los primeros minutos podría llegar a aturdir, pero que sin dejar ni un solo momento de relajación al espectador hace que la obra se pase en un visto y no visto. Los asesinatos y la consiguiente investigación de los mismos van atrapando al espectador y cuando estos se van repitiendo, nos presentan al vampiro. La aparición del peculiar asesino hacia la mitad del filme, es otro acierto, sirve como contrapunto entre la parte inicial, la de los asesinatos con el cerco al causante de los mismos.

Pero el principal pilar de la historia es el personaje de Kolchack. Desde el primer momento es fácil que el espectador empatice con el lenguaraz y descarado periodista. La interpretación que hace Darren McGavin fue tan notable, que los productores hicieron posteriormente otro telefilme con el mismo personaje -El estrangulador de la noche- e incluso una serie -Kolchack: The Night Stalker-. El elenco de secundarios cuenta con caras conocidas como Ralph Meeker o Claude Akins, pero es McGavin el que se adueña de la función. Un actor que quizá no tuvo el recorrido o reconocimiento que se merecía, pero que siempre solía brillar. Aeropuerto 77 o Historias de Navidad son testimonios gráficos de ello.

Calidad y entretenimiento se dan la mano y, en ese sentido poco más se podría pedir. Pero es que, además, este trabajo encierra una afilada crítica, en este caso hacia la policía, enfatizando en la importancia del trabajo periodístico independiente. Con esa estética setentera que te atrapa desde el primer momento, guion del prestigioso Richard Matheson -atención al auto guiño Belasco- y una acertada combinación de comedia y thriller, El vampiro de la noche es una pequeña joya a reivindicar.


Ficha Técnica

Título original: The Night Stalker

Año: 1972

Duración: 74 min.

País: Estados Unidos Estados Unidos

Género: Terror / Thriller / Comedia / Vampiros / Periodismo

Dirección: John Jewellyn Moxey

Guion: Richard Matheson. Novela: Jeffrey Grant Rice

Música: Bob Cobert

Fotografía: Michel Hugo

Reparto: Darren McGavin, Carol Lynley, Simon Oakland, Ralph Meeker, Claude Akins, Kent Smith, Charles McGraw, Barry Atwater, Larry Linville, Stanley Adams, Elisha Cook Jr

Puntuación: 7/10

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