domingo, 25 de abril de 2021

'Chernobyl: 35 años después': No hay nada nuevo, pero sigue estremeciendo

El 26 de abril de 1986 el mundo se estremeció con la explosión del reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl, en la actual Ucrania. Y 35 años después sigue horrorizando el cómo y por qué ocurrió, el oscurantismo de las autoridades soviéticas y las miles de vidas humanas segadas por ese "pequeño incendio".

Es verdad que nunca sabremos calcular la inmensidad del desastre, pero afortunadamente la vida siempre se abre paso. De Chernobyl se ha hablado todo lo habido y por haber. Rara vez hay algo novedoso, si bien HBO conquistó a público y crítica con su excelente serie homónima. Y años antes, Iker Jiménez ponía los pelos de punta con un documental perfecto de principio a fin, donde se hablaba del accidente, sus causas y consecuencias, los implicados, el silencio espeluznante de la Rusia comunista. Un trabajo redondeado con una bárbara banda sonora, lleno de humanidad y del carisma que define a su autor.

A ese género el documental, pertenece Chernobyl: 35 años después, dirigido por Ben Fogle y al que precisamente le falta eso, estrella, fuerza... Llámalo magia. Y eso que el británico recorre las salas de la mismísima central, algo insólito. Y las calles de Prypiat, la ciudad fantasma, otrora baluarte del socialismo, para competir con las polis occidentales.

Ese es el punto fuerte de este trabajo disponible en Movistar, el poder de la imagen. El hospital que albergó a los bomberos que se enfrentaron al infierno en la tierra, las escuelas literalmente abandonadas como estaban en el momento de la evacuación, edificios en los que la vida se detuvo aquella noche... Pero aparte de eso, que ya lo había visto, no ofrece nada más novedoso. 

Con esto sería suficiente, pero echo en falta algo más de genio. No un dramon, que de por sí el desastre lo fue; ni lágrima fácil. Los testimonios que hay son suficientes en este sentido. Tampoco esa ficción con la que triunfa la serie de HBO, pero sí algo más de gancho, más de energía, y no basar todo vigor de la fotografía.

A pesar de eso, su escasa duración (apenas 45 minutos) y lo que muestra, termina convenciendo. Eso sí, solo si como a mi, te fascina cómo pudo ocurrir semejante tragedia, con una explosión que liberó 500 veces más de radiación que la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, generando un incendió que duró diez días y sentenció a una población, la de Prypiat, con una media de edad de 26 años.

Esos detalles rescatan a Chernobyl: 35 años después, y que todavía siguen generando entre dolor y rabia. Esto último, porque el orgullo mal entendido de un régimen corrupto y asesino, a punto de claudicar, terminó sentenciando a inocentes y héroes anónimos que evitaron la extinción del planeta. Como dice Fogle:

"Esa espera de 36 horas tuvo grandes consecuencias. Sin duda le costó la salud a mucha gente, y seguramente la vida. La Unión Soviética no quería admitirlo. Era vergonzoso. No era soviético. Un reactor no podía explotar. Había incredulidad, pero sobre todo, hubo quien lo negó, y esa negación, costó vidas".

Prypiat no podrá ser habitable al cien por cien, al menos hasta dentro de 20.000 años. Incluso aún hay unas 7.000 personas trabajando para que el monstruo no vuelva a despertar. Pero como decía al principio, la vida se va abriendo paso. Tal vez esto podría haber sido su principal motor, pero bueno. Si  queréis saber cómo lo hace, dadle una oportunidad. 


Ficha Técnica

Título original: Inside Chernobyl with Ben Fogle

Año: 2021

Duración: 45 minutos

Género: Documental

País: Reino Unido Reino Unido 

Dirección: Ben Fogle

Puntuación: 6/10

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