Quizá no lo sabía, pero en 1895 H. G. Wells le estaba dando al cine -por entonces en pañales- la semilla perfecta para un porrón de películas, con las que jugar en el tiempo, viajando al presente o al futuro, donde fuera. Con una máquina, un condensador de fluzo, una nave...
De hecho en 1960, George Pal plasmó de forma notable la historia de Wells en El tiempo en sus manos; y de ahí han venido películas míticas como Regreso al futuro, 12 monos, Terminator, Midnight in París y un largo etcétera para todos los gustos.
En fin, que jugar con el tiempo, para bien o para mal, resulta fascinante, además de un vehículo de entretenimiento perfecto con el que hacer caja. Ya con unos efectos especiales medianamente dignos tienes el póker de la baraja. Pero siempre hay que pedir algo más, sobre todo teniendo en cuenta la extensa filmografía sobre viajes en el tiempo que tenemos hasta 2022. Un año en el que ve la luz, directamente en Netflix, El proyecto Adam, nueva colaboración entre Shawn Levy y Ryan Reynolds tras Free Guy.