Reunir a Amy Adams, Gary Oldman, Wyatt Russell, Julianne Moore, Anthony Mackie, Jennifer Jason Leigh o Fred Hechinger bajo las órdenes de Joe Wright (Expiación, El instante más oscuro) es, a priori, motivo de excitación si te gusta esto del cine. Vaya reparto, independientemente de la historia que se te sirva en bandeja. Y ya si le añades un poco de intriga, con crimen y y tientes de thriller psicológico, pues es normal que te vengas arriba.
Todo eso junta La mujer en la ventana, ya disponible en Netflix y que adapta la novela homónima de A.J. Finn. Vamos, que a todos esos ingredientes se le añade una base argumental que ha captado la atención a miles de lectores en todo el mundo, entre los que por cierto no me incluyo. Es decir, que muy mal lo tienes que hacer para no ganarte el favor de quien va a conceder una hora y cuarenta minutos de su tiempo, a sumergirse en el placer del thriller.
Eso es al menos lo que yo esperaba -craso error el mío-. Más aún teniendo en cuenta que no había leído el libro, con lo que acudía virgen a la propuesta de Wright y los suyos. Pero ni por esas me convence este trabajo pretencioso, que produce vértigo de tanto giro que no sabes hacia donde te lleva. Aunque lo peor de todo es desaprovechar semejante talento, con un reparto de minutos desigual.