martes, 6 de octubre de 2020

'El diablo a todas horas': "Esto está lleno de hijos de la grandísima puta"

El diablo a todas horas, disponible desde hace semanas en Netflix, es de esas películas cuyo título da directamente en el clavo. El director Antonio Campos se ha rodeado de una pléyade de actores, para adoptar la sórdida novela de Donald Roy Pollock, que además es el narrador durante todo el filme. Un conglomerado de personajes, que se baña en el lodazal que representa, a lo largo de dos décadas, el pueblo de Knockemstiff (Ohio).

Knockemstiff es una especie de vórtice en el que se arremolina la corrupción, la lujuria, la ira y la depravación. Varios personajes de distintas generaciones pululan alrededor del mal, sobre el que se asienta este municipio. Se empapan de roña y protagonizan historias muy truculentas. Algunas, realmente miserables. 

El diablo a todas horas se convierte así, en una suerte de película dividida en varias historias independientes, que siempre tienen una conexión: Knockemstiff, y donde los pobres desgraciados dan rienda suelta a sus mezquindades, movidos a través de hilos invisibles por ese gran farsante, que es Satanás.

Como dice uno de sus protagonistas, Willard, al que da vida un fantástico Bill Skarsgård (It, Atómica), "este pueblo esta lleno de hijos de la grandísima puta". En esa dualidad del bien y el mal, a este ultimo ya le conocemos, pero el primero también va a mostrar su rostro. Y lo hará en la piel de Arvin, el hijo de Willard, cuyo traje le sienta como un guante a Tom Holland. El último Spiderman da un paso de gigante para afianzar su madurez interpretativa, en un papel con muchos matices y donde el pasado está siempre reñido con el presente.

Esta cara del bien, sin embargo, no es cándida en absoluto. Para hacer frente al mal tiene que bajar al barro, mancharse también de miseria, jugar con las mismas cartas que los demonios disfrazados de humanos. Con tramposos hay que ser tramposos, y con los hijos de puta, más todavía. Todo eso, en El diablo a todas horas, se desarrolla con mucha paciencia y siempre bajo el control del director. 

Antonio Campos nunca pierde el pulso ni el ritmo de la obra. Tiene bien sujeta las riendas para que la cinta no se desboque. Construye un todo donde la violencia y la acción se camuflan entre el drama, saliendo a la superficie en el momento justo. Es un trabajo donde no falta el sexo, siempre implícito, nunca explícito. Pero un sexo violento, sin amor. De hecho esto último, el amor, se encuentra en los matices de Tom Holland y la inocencia de quienes le rodean: su abuela y su hermanastra. 

Realmente es en los personajes femeninos, salvo excepciones (Riley Keough), donde se encuentra la salvación posible de los humanos. También es algo que no se ve, lo sientes y sabes que está ahí. Una singularidad que flota en toda la trama y que es utilizada por el cineasta portugués desde la madurez y no la condescendencia. 

Una Carnivàle en pequeñito

Así que básicamente, El diablo a todas horas es una serie de historias sobre el bien y el mal. Como reza su título, éste último está en todo momento presente, y su oponente tiene que levantarse de vez en cuando, para dar un golpe en la mesa y hacerse visible ante tanta corrupción física y moral. Vamos, que el bien quiere vivir en paz, trabajar y prosperar, pero el mal se empeña en joderlo todo.

Como decía Skarsgård, e insisto, "esto está lleno de hijos de la grandísima puta"; y ahí, tanto Robert Pattinson (su crecimiento es espectacular) como Jason Clarke, Sebastian Stan o Harry Melling dan todo de sí mismos para bordar a sus malnacidos personajes. Desde depravados reverendos, a asesinos en serie o policías corrompidos, ellos son los esbirros del demonio que pudren a Knockemstiff.

Todos estos personajes, junto a la estética y la fotografía de ese medio oeste americano que presenta Ohio, o la brillante música de Danny Bensi y Saunder Jurriaans, más el tratamiento de la religión, no como algo espiritual y trascendental, sino de lucha entre iguales, me recuerda mucho a la magnífica serie Carnivàle

El trabajo de Antonio Campos es verdad que está desposeído de todo ese misticismo y milagros de la serie circense, pero en su conjunto, no deja de ser una hermana pequeña que, si uno está atento entre los flashback y atiende a las conexiones entre las historias, acaba por disfrutar. Una grata sorpresa que se encuentra buceando entre el amplio catálogo de Netflix.


Ficha Técnica

Título original: The Devil All the Time

Año: 2020

Duración: 138 min.

Género: Acción / Drama / Crimen / Religión

País: Estados Unidos Estados Unidos

Dirección: Antonio Campos

Guion: Antonio Campos, Paulo Campos (Novela: Donald Roy Pollock)

Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans

Fotografía: Lol Crawley

Reparto: Tom Holland, Bill Skarsgård, Jason Clarke, Sebastian Stan, Robert Pattinson, Eliza Scanlen, Mia Wasikowska, Riley Keough, Haley Bennett, Mia Goth, Tracy Letts, Gregory Kelly, Gabriel Ebert, Emma Coulter, Harry Melling, Douglas Hodge, Lucy Faust, Drew Starkey, Kristin Griffith

Puntuación: 8/10

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